Se
trata de un clarinete rústico compuesto de dos piezas, una boquilla de caña de
diez a doce centímetros de longitud, con una lengüeta y un pabellón (cuerno)
que amplifica el sonido. Tradicionalmente se los acompaña con golpes de “caja”
que el mismo ejecutante de “erkencho”, tiene con la mano derecha.
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